¿Acabar con los miedos es posible? ¿Son malos los miedos? Vamos a ver qué tiene para decir la ciencia al respecto.
La neurociencia afirma que son dos las palancas que motivan al hombre a cambiar: el miedo y el interés. Algunos expertos como Jurgen Klaric, reducen las palancas a una sola. ¿Sabes cuál gana? Pues el miedo.

Los miedos tienen mala fama, sin embargo, no todos son perjudiciales. Hay miedos movilizadores que incitan a cambiar. Por ejemplo, el miedo a hablar en público puede llevar a una persona a realizar distintos cursos de oratoria y acabar convirtiéndola en una ponente excepcional. La motivación originaria fue un miedo pero el resultado final fue el éxito en esa materia.
Hay otro aspecto clave para las neurociencias: cambiar un hábito o emprender un nuevo proyecto requiere de un gran excedente de energía. Si vas a ras o con las baterías justas, tu cerebro reptil no te permite que te desgastes en aquello que no sea estrictamente necesario para tu supervivencia o la reproducción de la especie.
Quizás te preguntes para qué te hace falta contar con tanto excedente energético. Aparte de para alimentar bien a tu cerebro y ampliar tus capacidades cognitivas, este excedente hace falta para cuestiones tan fundamentales como:
- Dar/amar
- Discriminar/decidir
- Cambiar/adaptarse
- Hacer
- Aprender
En mi blog encontrarás diferentes artículos sobre cambios, desarrollo personal y neurociencia.
Tipos de miedo
Hay tantos miedos como personas sin embargo podemos crear una categoría de ellos en función a la reacción que nos provocan. Siguiendo este criterio podemos hablar de 3 tipos de miedos fundamentales:
- El miedo paralizador. Es aquel que te impide salir de la zona de confort por terror a lo que hay detrás. No soporta perder la seguridad de las rutinas y te hace palidecer tan sólo de pensar en el stress y sobre-esfuerzo al que tendrás que someterte para hacer efectivo el cambio. Es esa voz que te dice: ¿Cómo vas a saltar sin red de seguridad?
- Miedo distractor. Es aquel que no te deja avanzar tan rápido como podrías. Es ese miedo que aparece en mitad de un emprendimiento y que te hace cuestionar si seguir para delante o volver al territorio conocido. En caso de sociedades puede minar la confianza entre los socios porque impide al individuo darse al ciento por ciento.
- Miedo movilizador. Es un miedo contra-fóbico que te impulsa a enfrentarte a tu propio miedo o al menos mirarlo a los ojos. En ocasiones, este miedo te pone en contacto con tu pasión real. Por ejemplo personas que han tenido miedo a no dejar huella y ser intrascendentes se meten de lleno en un entrenamiento de desarrollo personal cambiando radicalmente su vida y encontrando en ese cambio su auténtica profesión.

La naturaleza, la vida, el hombre, todos buscamos el equilibrio. Simplificando la cuestión, podríamos decir que todo se reduce a un equilibrio de miedos. Por ejemplo, el miedo puede haberte empujado inconscientemente a un matrimonio por el miedo a estar solo.
Lo cierto es que nos emparejamos en la medida que “el otro” pueda cubrir nuestros miedos y equilibrarnos en la vida. Seguramente, si eres una persona introvertida, te gustan los extrovertidos. Si provienes de una familia desestructurada buscas una persona que provenga de un hogar convencional con valores familiares arraigados y si te has criado en un ambiente pobre seguramente buscas un complemento que te asegure prosperidad económica.
¿Por qué es entonces tan difícil el matrimonio? Porque los miedos van cambiando a través de los años. Un compañero/a puede cubrir tus miedos actuales pero si estos cambian quizás ya no sea capaz de proporcionar ese equilibrio que inicialmente te proveyó.

Cómo controlar los miedos
El miedo es un sistema de supervivencia, por eso, es prácticamente imposible acabar con ellos. Resulta más fácil y útil transmutarlos. Cuando conviertes tus miedos paralizantes en miedos activantes, creces como persona.

Tony Robbins, el prestigioso coach y motivador norteamericano, explica que ante el miedo las personas adoptamos una de estas tres posturas:
- Ignorar el miedo. Porque el miedo es más fuerte que tú y puede no dejarte avanzar.
- Luchar contra el miedo. Estás en continúo enfrentamiento con él. Esta opción hace que gastes mucha energía.
- Amigarte con el miedo. Caminar al lado de tus miedos es la mejor estrategia. Como en cualquier relación de amistad lo primero es acercarte a tu miedo, mirarlo de cara, hacerle preguntas, conocerlo. Sólo convirtiéndolo en tu aliado del cambio puedes crear la alquimia transformadora que te movilizará a la acción.
En este artículo te comparto una herramienta que me ha ayudado para encontrar claridad y avanzar pese a mis miedos.
Paso a paso para hacer más pequeños tus miedos
1.- Descubre cuáles son. Coge papel y lápiz y date un tiempo para pensar qué te da tanto miedo. Lo primero de todo es ser conscientes de ellos, identificarlos y ponerles nombre y cara.
2.- Capacítate. Apuesta por la formación y capacitación de técnicas que te ayuden a superar tus miedos. Por ejemplo, un chaval endeble y con miedo a sus compañeros podría hacer más pequeños sus miedos aprendiendo artes marciales.

3.- Sé auténtico y haz oídos sordos al sistema. Cuántas veces hemos escuchado que hay que ir a la universidad, sacarse una titulación, casarse, tener hijos y después trabajar años y años antes de alcanzar el éxito. Pues bien, ese paradigma se encuentra en vías de extinción. ¿Cuánta gente conoces que ha seguido estos pasos y es mediocre? ¿Cuántos emprendedores exitosos han salido del pensamiento disruptivo y de probar “locuras” en el garaje de su casa? Los que hoy están pensando fuera del sistema son los que están creando el nuevo sistema, fíjate, por ejemplo, en Tesla y sus coches eléctricos.
4.- Alejate de la gente tóxica. Cambia de círculo y busca gente positiva. Haz oídos sordos a las personas que conjugan el NO PUEDO.
5.- Riéte del fracaso. Nadie puede ser exitoso sin haber fracasado previamente. Quien no lo intenta no tiene posibilidad alguna de ganar.
6.- Ten un equipo de mentores. Para que te acompañen en esta aventura de cambio personal, aunque sean mentores de YouTube. Escucha recurrentemente a personas que te inspiren y motiven.
7.- Haz lo que sabes hacer sin importar las consecuencias. En este punto nos encontramos con la gran paradoja de que aquello que mejor sabemos hacer es lo que menos hacemos por puro miedo.
8.- Si no eres osado, hazlo junto a muchos. Esta es la base del multi-nivel y por ello cada vez hay más embajadores de marca porque todos comparten un mismo sueño, se apoyan, se emulan y trabajan en equipo.

9.- No dejes de repetir la secuencia prueba/error, prueba/error. No dejes nunca de intentar.
10.- No permitas que pase ni un sólo día sin practicar las nueve claves.
Animarse a viajar es una excelente forma de trabajar con el miedo. Te recomendamos este artículo sobre la experiencia de un viajero.
Cómo ganar energía
Como ya hemos expuesto previamente, la energía es esencial para acometer cualquier cambio. Sin energía somos ballenas varadas en las arenas de la zona de confort.
Estos son las diez fuentes de recarga energética que el experto en neuro-marketing Jurgen Kleric recomienda.
Jurgen las enumera del 1 al 10 advirtiendo que las 3 primeras son las más mediocres y rudimentarias. Siendo las que están al final de la escala las más potentes fuentes de alimentación energética para el ser humano.

1.- Nutrición: hay que pensar muy bien qué nos llevamos a la boca, pues nuestra capacidad intelectual depende de ello. Tu cerebro depende de tu alimentación. En neurociencia hay un aforismo que personalmente me dio mucho que pensar y dice así: “el que no puede cambiar su forma de comer no puede comer su forma de ser”.
2.- Movimiento: muévete y haz ejercicio pero no caigas en la vigorexia. El exceso de movimiento es un ladrón de energía de guante blanco.
3.- Descanso: duerme al menos 7 horas pero ojo, porque un exceso de horas de sueño también debilita al cuerpo.
Las fuentes cualificadas de obtención de energía empiezan en el punto cuatro del listado. Aquí es donde deberíamos concentrar nuestros esfuerzos.
4.- Respirar: Sí, es verdad que todos respiramos pero no siempre respiramos eficientemente. Respirar bien implica realizar respiraciones completas que se inician en el abdomen y no en la caja torácica. Esta respiración anti-estrés se debería aplicar cada vez que sentimos mariposas en el estómago como cuando vamos a salir al escenario o cada vez que sintamos que los nervios nos ganan la partida. Practicar ejercicios de pranayama (respiraciones yóguicas) es otra manera de conseguir incrementar el flujo de energía vital.

5.- Meditar: Es la mejor forma de apagar el cerebro durante unos segundos. Con esta pausa, se incrementa indiscutiblemente tu energía ya que el cerebro utiliza un 30% de tus baterías para pensar.
6.- Sexo: El sexo es un recargador natural y placentero que no funciona igual para el hombre que para las mujeres. Mientras que las mujeres se revitalizan con el orgasmo, los hombres se vacían energéticamente. Esa es la razón que a los futbolistas y deportistas de élite se les prohíbe practicar sexo antes de los grandes certámenes.
Toma nota: si eres hombre y le das mucho sexo a tu pareja tienes que suplementarte comiendo micro-alimentos ricos en grasas buenas: aguacate, cacao, agua, salmón, semillas de girasol.
7.- Entorno cercano: Evitar personas tóxicas y rodearse de personas positivas e inspiradoras.
8.- Actitud ante la vida: Ser positivo, ser agradecido, regalar sonrisas, ser colaborativo. Ser solidario, no criticar, no vivir la vida de otras personas. No hablar de problemas sino de soluciones.
9.- Dinero: El dinero es clave en la vida aunque hayas escuchado en clases de Catecismo que ningún rico entrará en el reino de los cielos. Cuando el dinero fluye, las oportunidades también. El dinero hace crecer más dinero.

10.- Vocación y propósito de vida: Cuando estás alienado con tu propósito de vida y trabajas vocacionalmente no importan las horas, no te cansas, estás lleno de energía porque tu vida tiene sentido.
Otros autores más en la línea del desarrollo personal y el mundo de las energías, hablan de estas otras 3 fuentes complementarias:
11.- Hacer algo cada día que te guste mucho o motive: Por ejemplo bailar, pintar, escribir… todos esos hobbies que postergamos por falta de tiempo son fundamentales en la recarga de nuestras baterías.
12.- Conectarse con la naturaleza: Una salida al campo o a la playa te carga siempre además de producir endorfinas.
13.- Andar descalzo haciendo una toma de tierra de forma natural.

Espero con estas líneas inspirarte para que te atrevas a hacer las paces con tus dragones y con ellos de la mano puedas dar ese cambio que tanto anhelas. Si pones en práctica estos procesos, hazme saber cómo te ha ido.